Exposición
CÁDIZ NUESTRO El pregón de Carlos Edmundo de Ory (1983)

Del 1 de febrero al 31 de marzo en la Casa del Carnaval. 

Organizada por el Ayuntamiento de Cádiz con la colaboración de la Fundación Carlos Edmundo de Ory. 

El pregón

A finales de 1982, José Mena Ortega, concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Cádiz, le propone al poeta Jesús Fernández Palacios pregonar los Carnavales de Cádiz. Aunque declina el ofrecimiento, le da una alternativa: su amigo Carlos Edmundo de Ory, poeta gaditano de prestigio pero casi desconocido en la ciudad, pues desde 1955 residía en Francia. Ory, que siempre insistía «me fui de España, de Cádiz no me fui», aceptó encantado. En su memoria mantenía vivo el recuerdo de los cinco carnavales, «como Momo manda», de la II República. La manifestación popular que más le había impactado durante su infancia. De hecho, en el movimiento de vanguardia que fundara en el Madrid de posguerra, el postismo, podemos identificar numerosos rasgos que beben del Carnaval de Cádiz. Ambos comparten el sentido lúdico, humorístico y dionisiaco de la creación y no hay que ahondar mucho en la poesía de Ory para encontrar, transformado a su particular manera, imágenes y juegos de palabras propios de la fiesta gaditana. El viernes 11 de febrero de 1983, a las 20.30 h., el pregonero llega disfrazado de Mefistófeles a la Plaza de San Antonio. Lo hace en un carruaje tirado por caballos, tras haber recorrido la ciudad entera, y acompañado por algunos de sus mejores amigos. Encarnará al diablo para leer un texto que maravilló y horrorizó a partes iguales. Decía el propio Ory que «desconcertar al público es un acto moral de la poesía». Aquella noche lo consiguió con un pregón subversivo, en una ciudad que tenía todavía muy presente la mojigatería franquista. Hubo cartas al director denunciando la inmoralidad de las palabras de ese poeta, pero su texto, y en especial la oración pagana Cádiz nuestro, es hoy día uno de los más pregones más recordados del Carnaval de Cádiz. Ahora que se está celebrando el centenario de su nacimiento, rememoramos la noche en que el mismo Diablo visitó la plaza de San Antonio con una exposición que se nutre de las imágenes que el fotógrafo Kiki captó para la ocasión y los archivos sobre el carnaval que el poeta legó a la Fundación Carlos Edmundo de Ory. 

Nota biográfica

Carlos Edmundo de Ory, una de las figuras más personales y relevantes de la poesía española contemporánea, nació en Cádiz el 27 de abril de 1923. A los catorce años escribe sus primeros poemas siguiendo el ejemplo de su padre, el poeta modernista Eduardo de Ory. Tras la Guerra Civil se traslada a Madrid. En 1945 publica su primera colección de poemas, Versos de pronto. Ese mismo año, junto a Eduardo Chicharro y el italiano Silvano Sernesi, funda el postismo, movimiento estético-literario de vanguardia que sacude el páramo cultural de la inmediata posguerra. Tras su prohibición, Ory, desengañado, abandona España en 1953 para instalarse en París. Da comienzo así un autoexilio singular en lo político y en lo poético. Alejado de los círculos literarios españoles, Ory no verá publicado su primer libro de poemas, Los sonetos, hasta 1963. Los ejes sucesivos de esta errancia –París; Chosica (Perú), donde nacerá su hija Solveig; regreso a Francia, Amiens y Thézy-Glimont– son espacios entrañables de una autobiografía espiritual que, en lo poético, se sustenta en la afirmación del ser en extranjería, en pugna siempre con la convención. Es el caso del Atelier de Poésie Ouverte (1968) que impulsa en Amiens, taller de agitación colectiva vinculado a la contracultura y los ecos revolucionarios del mayo francés que le valdrá la expulsión de su puesto de bibliotecario de la Maison de la Culture. Solo dos años más tarde, sin embargo, la voz de Ory se deja sentir con especial resonancia crítica de la mano de Félix Grande y su antología Poesía 1945-1969. Es el arranque de un período de entregas poéticas regulares, muchas de ellas fruto de los largos años de silencio: Música de lobo, Técnica y llanto, Los poemas de 1944, Poesía abierta, Metanoia, Lee sin temor, Energeia, La flauta prohibida, Miserable ternura / Cabaña, Poesía primera, Soneto vivo, Sin permiso de ser ángel o Melos Melancolía. Pero no se dedicó sólo a la poesía. Con los Aerolitos cultiva la escritura fragmentaria y, además, fue un destacado autor en narrativa y ensayo. Carlos Edmundo de Ory falleció en 2010 en su casa de Thézy-Glimont, donde vivía con su mujer, la pintora Laure Lachéroy, después de donar todo su archivo a la ciudad de Cádiz, donde él siempre quiso que estuviera.

Algunas publicaciones recientes:

  • Cuentos sin hadas, ed. José Manuel García Gil, Cátedra, 2017 (recopilación de cuentos).
  • A veces soy de color, Maclein y Parker, 2019 (album ilustrado para niños).
  • Lorca, Sevilla, ed. Ana Sofía Pérez-Bustamante, El Paseo, 2019 (ensayo).
  • Mephiboseth en Onou, Firmamento, 2021 (novela).
  • Aerolitos completos, ed. Carmen Sánchez y Laure Lachéry, Firmamento, 2022 (aforismo).
  • Humanismo del árbol, Athenaica, 2023 (ensayo).
  • Los reinos de allí. Poesía reunida (1940-2010), ed. Jaume Pont, Galaxia Gutenberg, 2023 (poesía).